El 12 de abril de 1961, Yuri Gagarin salió disparado al espacio para convertirse en el primer ser humano en volar al espacio, abriendo numerosos caminos y posibilidades para la exploración espacial.
Para recordar el primer vuelo espacial tripulado, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el mismo día 12 de abril como Día Internacional de la Lucha Espacial Humana. El día reconoce la ciencia y la tecnología cósmicas como contribuyentes cruciales para lograr los objetivos del desarrollo sostenible y mejorar el bienestar de las personas. El día también promueve una mayor exploración espacial, pero con fines pacíficos, en la que cada país y cada pueblo se beneficie de los descubrimientos realizados. Y sí, hemos aprendido mucho sobre el espacio desde que el primer hombre salió disparado al espacio. Neil Armstrong pisó la luna y Curiosity nos ha estado enviando fotografías desde Marte, se ha detectado un planeta parecido a la Tierra y mucho más ha sido posible gracias a que un hombre tomó el vuelo al espacio.
Si bien todo es bueno y positivo, en este día especial tomemos también un minuto para reconocer una herramienta espacial sin la cual la exploración espacial no podría haber sido tan fácil como lo ha sido. Por supuesto, hay tecnologías valoradas en millones de dólares a bordo que han facilitado todo el proceso, pero una pequeña tecnología de suma importancia tienen que ser los bolígrafos espaciales y entre ellos, el bolígrafo Fisher Space ostenta la prestigiosa posición de ser el pionero en el espacio. herramientas de escritura. Desde la misión Apolo 7 en 1968, el Fisher Pen ha sido el instrumento de escritura estándar para los astronautas en sus misiones espaciales.
Según cuenta la historia, la NASA estaba buscando bolígrafos que no se quemaran en un ambiente con 100 por ciento de oxígeno. Cuando las grandes empresas de bolígrafos no pudieron encontrar una solución, les llegó la noticia de que un tipo llamado Paul Fisher podría ser la respuesta a sus oraciones. Según Cary Fisher, el hijo de Paul Fisher, la respuesta de Paul a la llamada de la NASA fue: “¿Dónde diablos han estado? ¡He estado intentando localizarte durante un año! Ya había estado trabajando en el desarrollo de un bolígrafo adecuado para el espacio, que pudiera escribir en cualquier momento y lugar. A Paul le llevó algunos años, muchos experimentos, pruebas y fracasos, encontrar el ganador final: un bolígrafo presurizado que no goteara y que no dependiera de la gravedad para empujar la tinta hacia la bola. Si bien la NASA ya ha pasado a utilizar diferentes herramientas de escritura para la exploración espacial en la actualidad, vale la pena reconocer la importancia de los Fisher Space Pens. Al igual que si Gagarin no hubiera ido al espacio, la exploración espacial podría no haber sido tan avanzada como hoy, sin Fisher Space Pens, los astronautas también podrían haberse enfrentado al peligro de romperse la mina de un lápiz.
Así como el 12 de abril es un recordatorio de posibilidades y conocimientos, Fisher Space Pens es un recordatorio de ser diferentes a lo habitual y ganar al hacerlo. Así que sé diferente. Lo diferente es bueno.