Historia de la carta escrita a mano


Según el testimonio de historiadores antiguos, la primera carta escrita a mano (epístola) registrada fue de la reina persa Atosa, alrededor del año 500 a.C. Las hojas de las plantas y la corteza de los árboles impulsaron el uso de la escritura. El tilo era particularmente bueno permitiendo el plegado de su corteza. El papiro egipcio hizo posible las antiguas bibliotecas de Alejandría.



Saltando a tiempos más modernos, antes de 1840 las cartas se entregaban por correo, carruaje o jinete. El destinatario de la carta tenía que pagar al recibirla y el coste dependía del número de páginas y de la distancia recorrida. Para evitar que otras personas leyeran el contenido de la carta, se sellaban con cera de color con anillo o sello de mano.


En mayo de 1840, Gran Bretaña introdujo el primer servicio postal de sello prepago a nivel nacional, con el sello Penny Black (retrato de la joven reina Victoria) para cartas de menos de media onza y el sello Two Penny Blue para cartas de más. Pronto siguieron otros países que introdujeron sistemas similares.


El sistema postal de los Estados Unidos jugó un papel crucial en la expansión nacional. Facilitó un sistema de comunicación económico, rápido y conveniente. El servicio postal ayudó a integrar áreas establecidas con la frontera, creando un espíritu de nacionalismo y proporcionando la infraestructura necesaria. Ahora puede comunicar fácilmente las actualizaciones de su familia a su prima Elizabeth en Virginia, desde su casa en Massachusetts.



Lamentablemente, la comunicación personal ahora está siendo reemplazada por breves ráfagas de mensajes de texto que suenan en nuestros teléfonos y correos electrónicos que obstruyen nuestras bandejas de entrada. ¡Hagamos todos nuestro mejor esfuerzo para asegurarnos de que escribir cartas no se convierta en un arte perdido!

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